Defensa Civil registra 13.000 familias damnificadas por inundación de ríos en Santa Cruz y La Paz

El viceministro de Defensa Civil, Juan Carlos Calvimontes, informó este domingo que unas 13.000 familias fueron afectadas y damnificadas por el desborde de ríos en nueve municipios en Santa Cruz y cuatro en el departamento de La Paz.

De esa cantidad 11.000 familias reciben ayuda humanitaria y 2.000 serán atendidas la próxima semana, según las condiciones de accesibilidad, sobre todo en los municipios cruceños.

La autoridad informó que hasta ahora se movilizaron 160 toneladas de ayuda humanitaria con una inversión de 1,6 millones de bolivianos, citado por Erbol.

Explicó que la asistencia consiste en proporcionar alimentos, vituallas, carpas, botas de goma, herramientas, ponchillos y también se ayuda con la movilización de maquinaria hacia los municipios que así lo solicitan y patrullajes aéreos para evacuar a gente atrapada en medios de los ríos.

Precisó que en Santa Cruz los municipios afectados son: Warnes, Okinawa, Cuatro Cañadas, San Julián, Fernández Alonso, General Saavedra y ayer se han sumado San José de Chiquitos, San Miguel de Velasco, y San Ignacio de Velasco.

Santa Cruz se encuentra bajo alerta naranja porque la crecida de los ríos puede causar en cualquier momento desbordes; mientras que en La Paz continúa la alerta roja por las precipitaciones en Tipuani, Mapiri y Guanay. El resto del país continúa en alerta naranja.

La autoridad informó que en día pasados se reunieron con los representantes de la Cámara Agropecuaria del Oriente (CAO) y Anapo y, según la cuantificación de ambas instituciones, las áreas perdidas sobrepasan las 40.000 hectáreas de cultivo de soya, maíz y arroz.

Sobre el resto del país, mencionó que en el chaco y parte del altiplano hay problemas de sequía en pequeñas regiones y prevén que esto empeorará más adelante, cuando la falta de agua se prolongue durante todo el año.

En Cochabamba, igual se reporta la falta de agua en algunas poblaciones rurales y el Ministerio de Defensa, junto a la Fuerza Aérea Boliviana, planifica el bombardeo de nubes, esperando solamente que se den las condiciones meteorológicas o que llueva en los siguientes días tal como el Servicio Nacional de Meteorología e Hidrología (Senamhi) ha pronosticado.