Una de las evidencias más tempranas de la crucifixión que realizaban los romanos fue hallada en una localidad en el corazón de Reino Unido.
El esqueleto de un hombre con un clavo atravesado en su talón fue encontrado en el poblado de Fenstanton, a unos 115 kilómetros al norte de Londres.
La experta en huesos de la Universidad de Cambridge Corinne Duhig señaló que el hallazgo es «algo único» en un lugar que hace poco fue identificado como un antiguo asentamiento romano.
La experta señaló que incluso en Reino Unido «sus habitantes no podían evitar uno de los castigos más crueles que imponían los romanos».