La destrucción de los arcos de juego ha sumido a los niños de la avenida Ferroviaria en la consternación más profunda. Este lugar improvisado, que solía ser su refugio para divertirse y jugar a la «pelota», se vio afectado por actos vandálicos de individuos aún no identificados, convirtiendo la triste realidad en el peor regalo de Navidad que podrían haber imaginado.
Los arcos, arrancados y arrojados sin piedad en el área, representaban mucho más que simples estructuras para los pequeños. Esta «canchita» de tierra era su rincón de alegría y esparcimiento. En medio de la desolación, los niños no pueden contener sus lágrimas al perder el único espacio donde podían jugar y crear recuerdos felices.
La sospecha de que estos actos fueron perpetrados por malos vecinos que se oponen al uso del área para actividades recreativas aumenta la indignación entre la comunidad. Una vecina expresó su temor de que este espacio, vital para la diversión infantil, pueda ser loteado por personas inescrupulosas, que es un barrial desolado, especialmente durante las lluvias.
En un intento por buscar soluciones, los vecinos claman a las autoridades para que intervengan y preserven este espacio, que, a pesar de las dificultades para acceder a otras instalaciones, ha sido un refugio esencial para los niños en su búsqueda de alegría y juego. La consternación de la comunidad se mezcla con la esperanza de que, con la atención adecuada, este terreno pueda ser restaurado como un lugar seguro y alegre para los niños.