El valor de la tonelada llegó a 80.000 dólares en 2022 y a la fecha está por debajo de los 14.000 dólares.
La aparición de nuevos sustitutos y proveedores a nivel mundial empujan a la baja del precio del litio, situación que todavía no es tomada en cuenta en el país. A pesar de la inauguración de la planta industrial de carbonato de este mineral, Bolivia no figura dentro de los principales exportadores, actividad que es liderada por Australia, seguida de Chile, China y Argentina, que concentran más del 90% de las ventas.
Aunque Bolivia posee las reservas más altas del mundo, 23 millones de toneladas, no figura dentro de los países exportadores. Hace más de 12 años empezó la aventura de una tecnología propia para industrializar el litio; pero ahora el Gobierno acude a las empresas internacionales, en especial a chinas y rusas, para acelerar el proceso.
El experto en el tema de la Fundación Jubileo, Héctor Córdova, coincidió, por separado, con la economista, María Daniela Sánchez-López, sobre la ausencia de experiencia en el uso a nivel industrial del proceso de la Extracción Directa del Litio (EDL).
En su momento, las autoridades nacionales anunciaron que los ingresos se aproximarían a los 5.000 millones de dólares, una vez puesta en marcha los proyectos que están en proceso.
Sin embargo, el cálculo se habría hecho con el precio que se registró el 2022, de 80.000 dólares la tonelada, pero al finalizar la pasada gestión, esta cifra cayó a 13.000 dólares.
A esto se debe sumar el ingreso en el mercado de nuevas reservas descubiertas en China y Tailandia, de acuerdo a medios internacionales.
Según información de “Bloomberglinea.com”, Australia, Chile, China y Argentina producen más del 96% del litio en el mundo, 55.300 toneladas, 28.300 tn, 14.000 y 5.970 tn, mientras Bolivia no despega aún. Hasta Brasil habría aportado con 1.700 tn.