Para intentar disuadir Hezbolá y a Irán de participar en el conflicto, Washington ha enviado dos portaaviones al Mediterráneo oriental. Pocas horas después del ataque de Hamás contra territorio israelí se produjo el primer incidente mortal en la frontera entre Líbano e Israel. Desde entonces, se han multiplicado los enfrentamientos entre la milicia libanesa y el ejército israelí.
Los asaltos involucran artillería, cañones de tanques, drones y helicópteros. Hezbolá ha perdido ya una quincena de hombres y en los ataques murieron tres civiles, incluido un periodista. Del lado israelí hay tres muertos.
Washington, Londres y Berlín han solicitado a sus nacionales abandonar el territorio. París pide no viajar al Líbano.
Sin embargo, aún no se trata de una guerra total, ya que Israel y Hezbolá intentan atenerse a las normas tácitas de enfrentamiento vigentes desde la guerra de 2006.