A partir de plantas de tratamiento de metales como el zinc, Bolivia podría generar amoniaco, químico óptimo para fabricar fertilizantes para la agricultura y generar oxígeno líquido, elemento vital para la medina tradicional, reveló ayer la Fundación Jubileo.
¿Cómo es posible hacer esto? Con alta tecnología, informó Jubileo.
Resulta que los EEUU tiene el now how y el país podría aprovecharlo eficientemente. Lo que se debe resolver es cómo y bajo qué condiciones podría implantarse en Bolivia.
De aplicarse en el país está tecnología, ayudaría a saltar el eslabón industrial y superar el extractivismo, generando un efecto multiplicador mucho más interesante que la minería pura, asegura Jubileo.
Tecnología de alta gama
“Hace poco tiempo, en EEUU se desarrolló una tecnología para tratar minerales de zinc (como el que explota Bolivia). Se ha hecho pruebas con muestras bolivianas y los resultados son satisfactorios. Primero porque se recuperan todos los elementos acompañantes del zinc, y segundo, porque los reactivos que se utilizan, pasan a ser parte de compuestos formados con los metales, (mismos) y se convierten en fertilizantes o productos terminados que se los puede comercializar, ya no como materia prima, (sino producto con alto valor agregado)”, informó la institución privada dedicada a la investigación minera y petrolera.
Según Jubileo, los fertilizantes hechos a partir del zinc, podrían contribuir, estratégicamente, a reactivar la planta de urea y amoniaco de Bulo Bulo, en el Chapare, porque uno de sus insumos más importantes es el amoniaco”.
Además del amoniaco, es posible obtener otros subproductos adecuados para emplearlos en el trópico del Chapare, pero también se puede vender a precios más bajos que los importados, apuntó el informe técnico.
Oxígeno líquido
Otro tema de atención tiene que ver con la generación de oxígeno líquido.
Según Jubileo, a partir del tratamiento del zinc “también es posible generar oxígeno líquido que puede ser muy útil para los hospitales bolivianos en esta época de crisis sanitaria y a futuro”.
Planta moderna
Para montar una planta con esa tecnología se requiere, por lo menos un año, señaló Jubileo aunque no precisó qué monto de inversión necesitaría el Estado para concretar un proyecto de esta magnitud.
Durante este tiempo, de haber un apoyo del Estado, la misma empresa podría comprar el mineral de esos productores en condiciones favorables para ellos, gracias al margen que se obtiene al vender productos de consumo en lugar de materias primas
Adicionalmente la planta deja de tener un impacto ambiental, porque no se funden los minerales, ya que al disolver el mineral, los reactivos usados salen como parte de compuestos comerciales útiles y valiosos para otros emprendimientos adicionales, aseguró la entidad.