El cuerpo sin vida de un trabajador minero de 50 años de edad quedó totalmente sepultado en cientos de toneladas de carga tras el derrumbe de la mina San Jacinto, situado a unos 15 kilómetros de la ciudad, tras el Cerro Rico de Potosí.
En más de 14 horas de trabajo continúo, el personal de la Unidad de Bomberos y mineros, no pueden extraer el cuerpo del infortunado minero. Las labores de rescate se dificultaron porque el socavón se convirtió en un infierno. Los rescatistas trabajan en una temperatura superior a los 50 grados centígrados, informó el subcomandante departamental de la Policía, coronel José Luis Assaf.