En la gestión 2022, es probable que la inflación se incremente en Bolivia, merced al alza de los precios de los productos en el último trimestre, como consecuencia de varios factores. Uno de ellos, quizá el principal, es la crisis energética en China, dijo el economista Germán Molina,
Sin embargo, indicó que hasta la fecha no se conoce el proyecto de ley del Presupuesto General del Estado (PGE) 2022, que debe enviar el Ejecutivo al Legislativo, por lo que es muy complicado estimar el promedio de inflación que alcanzará el país la próxima gestión.
El especialista dijo que la cuarentena dinámica que se desarrolló en varios países, producto de la pandemia del coronavirus, originó un efecto negativo en la economía mundial.
“Con la vacunación, desde el tercer trimestre de este año, las economías han comenzado a reactivarse, propiciando que las importaciones y exportaciones en el contexto mundial aumenten de golpe, generando una crisis logística (medios de transporte)”, sostuvo.
En ese contexto, Molina aseveró que China ingresó en una crisis energética producto del racionamiento del carbón.
Asimismo, dijo que existen ciudades fantasma en ese país, donde se construyeron grandes edificios que están deshabitados, porque nadie compra departamentos u oficinas, razón por la que paulatinamente viene “paralizándose la economía china”.
El déficit al que se somete la nación asiática repercutirá en el contexto mundial porque ya no demandará materia prima, lo que derivará en una caída en los precios internacionales de ésta y, por ende, ocasionará un efecto negativo en los países exportadores, entre los cuales se encuentra Bolivia.
“Esto también tendrá impacto en el crecimiento de las economías del mundo que venden y compran a China, porque al disminuir su producción, no adquirirá materia prima”, comentó Molina.
Asimismo, señaló que la tasa de inflación en el ámbito universal se incrementó, prueba de aquello es lo que acontece con Estados Unidos, puesto que alcanzó este año a 5,2 por ciento, reba-sando a los registros de anteriores temporadas, cuando llegaba a 2,2 por ciento, ocasionando el incremento del costo de vida.
“Si hasta ahora la inflación en Bolivia ha sido estable, con esa tendencia el próximo año tendremos una tasa superior al promedio que tuvimos en los último años”, señaló.
Molina fundamentó su criterio de por qué Bolivia reportó promedios bajos de inflación en los últimos años al señalar que el tipo de cambio de su moneda es fijo con relación a los países vecinos, los cuales van ajustando su moneda y sus productos se hacen más competitivos en el mercado externo.
“Una prueba de aquello es que, en el primer semestre de este año, en Tarija la libra de uva argentina llegó a costar 3 bolivianos, mientras la nacional estaba en 7 u 8, entonces ¿el consumidor qué va a preferir, consumir lo nuestro o irse a lo más barato?”, cuestionó el analista.
Sin embargo, advirtió que esa tendencia va a cambiar en el futuro porque ya no existirá mucha diferencia en los precios de los productos, debido a que “esas economías también van a subir sus valores, por lo que ya no tendremos esa flexibilidad que permitía que la tasa de inflación sea moderada, como la que se espera en el futuro”.
Finalmente, el analista advirtió que el Gobierno de Luis Arce Catacora no está priorizando el tema relacionado a la inflación a partir de la gestión 2022, ya que se está dedicando más a la aprobación de leyes sin consenso, entre otros temas, que no son fundamentales para la economía boliviana.
“Ese aspecto genera turbulencia económica y no beneficia a ningún ciudadano ni al país”, puntualizó.
CHÁVEZ: MAYOR DEMANDA EMPUJARÁ AL ALZA DE PRECIOS
REDACCION CENTRAL
Para el economista Gonzalo Chávez, la inflación en Bolivia este año será muy baja, de solamente un 2,3 por ciento, producto de la fuerte recesión que se produjo en el país hasta marzo de este año.
A ello se suma la política cambiaria que adoptó el Gobierno desde hace años, permitiendo la apreciación de la moneda boliviana, lo que facilita la importación de bienes de manera legal e ilegal de todo tipo.
El analista dijo que en la gestión 2022-2023 el Gobierno no va a modificar su política cambiaria, aspecto que continuará propiciando la importación de inflación baja, es decir, seguir comprando productos baratos, lo que a la postre ayudará a que la inflación supere a la de este año.
“Sin embargo, puede darse un incremento de precios, asociado a un exceso de demanda y lleguemos a una economía recalentada, es decir, que habrá mucha demanda y los precios terminarán subiendo”, comentó.
Chávez explicó que es un fenómeno que está aconteciendo en varias naciones, pues Estados Unidos y países de Europa están preocupados con el crecimiento de la inflación.
“En el caso de Bolivia, ese factor podría compensarse con la importación de productos baratos”, dijo.
En ese contexto, agregó que en 2022 y 2023 la inflación será más elevada que este año.
Sobre el impacto que tendrá la crisis de energía eléctrica en China, Chávez explicó que el país asiático volvió a crecer con mucha fuerza, por lo que está demandando más bienes y servicios de todo el mundo, especialmente materias primas, razón por la que los precios de los minerales y el petróleo están subiendo considerablemente.
“Esa mayor demanda está haciendo que haya precios más elevados de varios productos y servicios, y eso repercutirá en Bolivia, aumentando los precios de los productos que compramos de afuera”, añadió.
Por otro lado, Chávez indicó que el exceso de demanda que hay en el mundo se traduce en cuellos de botella en varios productos, porque no se está pudiendo abastecer el mercado.
“Eso repercute en el aumento de precios”, sostuvo.